Este fin de semana ha comenzado el otoño es una estación genial me encanta el colorido que tiñe las calles, ese contraste cálido de los árboles anaranjados frente al cielo encapotado y gris justo antes de que empiece a llover. Mirar a través de la ventana mientras fuera llueve a cántaros, y un cafecito ayuda a entrar en calor.
Así que para celebrarlo y despedir al verano he preparado una cena un poco especial que consiste en un pastel crujiente de patata y espárragos, muy otoñal, acompañado de una ensalada de melón y queso de cabra, más fresquito.

Para el pastel para 2 personas los ingredientes son:
Lo primero cocemos las patatas con sal hasta que estén blanditas. Escaldamos los trigreros, yo lo hice en el microondas, para ello puse los espárragos en un plato hondo con un poco de pimienta y agua. Calentamos a máxima potencia durante un minuto. Reservamos.
Aplastamos las patatas con un tenedor haciendo un puré, añadimos los quesos rallados.
Aparte mezclamos los huevos, la nata, la nuez moscada y un poco más de sal.
Calentamos la mantequilla un poco, hasta que esté líquida. La usaremos para pintar las hojas de filo que una a una iremos poniendo sobre la bandeja de horno y embadurnando de mantequilla.
Cuando tengamos todas añadimos la patata con queso y por encima pondremos la mezcla de nata y huevo.

Introduciremos en el horno durante 20 minutos con calor sólo por abajo. Luego 1o minutos más por arriba y abajo o hasta que pinchemos el pastel con un cuchillo y salga limpio.
Para la ensalada los ingredientes son:
Colocamos los brotes en un plato, salpimentamos. Hacemos bolitas con el melón y las añadimos, desmenuzamos el queso de cabra y por encima de todo echamos la cebolla picada muy finita.
Culminamos con aceite y la reducción de balsámico.
Las fotos de la ensalada no las puedo poner porque no he podido sacarlas de la tarjeta, creo que se ha roto :-(
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